El Béjar Industrial mueve ficha. A apenas unos meses del arranque de la próxima temporada, el club textil ha iniciado una estrategia clara de refuerzo, con incorporaciones que buscan devolver al equipo a los puestos competitivos que demanda su historia. En un contexto en el que la categoría regional se muestra cada vez más exigente, el conjunto bejarano apuesta por una planificación deportiva ambiciosa, basada en juventud, experiencia y vínculos con el territorio.
Un proyecto renovado con caras nuevas
La directiva del Béjar Industrial, encabezada por su presidente Juan Carlos González, ha optado por un cambio de rumbo en la gestión deportiva tras una temporada anterior marcada por la irregularidad. A falta de oficialización por parte de la Federación, el equipo ya ha confirmado varias incorporaciones con un perfil claro: jugadores con recorrido en categorías superiores y jóvenes talentos con proyección.
Entre los nombres que más han llamado la atención se encuentra el centrocampista Daniel « Dani » Martín, procedente del Ciudad Rodrigo CF. Con 27 años, Dani aporta capacidad de organización en el centro del campo, lectura de juego y una pegada desde media distancia que ha sido clave para su anterior equipo, donde firmó cinco goles y ocho asistencias en la pasada campaña.
A él se suman perfiles como el lateral derecho Sergio Rivas, de 22 años, formado en la cantera del Salamanca CF UDS. Rivas destaca por su velocidad y carácter ofensivo, lo que encaja con el planteamiento que el cuerpo técnico, liderado por Óscar Sánchez, busca implementar: presión alta, verticalidad y despliegue físico.
El regreso de « viejos conocidos »
Más allá de nuevas caras, el Béjar Industrial también apuesta por recuperar a jugadores que ya saben lo que es vestir la camiseta rojilla. Es el caso de Raúl Gutiérrez, central de 30 años con pasado en el equipo y que vuelve tras su etapa en el Guijuelo B. Su vuelta no es casualidad: experiencia, liderazgo y conocimiento del vestuario son valores clave para un equipo que busca estabilidad.
Gutiérrez reconoce que “volver a Béjar es como volver a casa”. Palabras que resumen el enfoque humano que la directiva quiere devolver al club en una época de cambios, pero sin perder sus raíces. “El Béjar Industrial debe ser competitivo pero también identidad y compromiso local”, señalaba recientemente durante una entrevista concedida a este medio.
Apuesta por la cantera: no solo palabras
Muchos clubes hablan de cantera, pero pocos la integran realmente en sus esquemas principales. El Béjar Industrial parece estar decidido a romper esta dinámica. Como muestra de ello, tres jugadores del juvenil A han sido promovidos al primer equipo tras firmar una temporada destacada en la liga provincial sub-19.
- Alberto Lozano, delantero centro, máximo goleador del juvenil con 18 goles en 23 partidos.
- Iván Calvo, central zurdo sólido en el juego aéreo y con buena salida de balón.
- Marcos Pérez, mediocentro defensivo con técnica depurada y visión de juego.
El técnico Óscar Sánchez ha insistido en que “los chicos van a tener minutos, siempre que lo demuestren cada semana en los entrenamientos”. Un mensaje directo que busca motivar sin generar favoritismos: el mérito deportivo, por encima de los nombres.
Una pretemporada con calendario exigente
Los rojillos han confeccionado un calendario de amistosos pre-liga que no parece pensado para transitar sin desafíos. Están confirmados partidos frente a rivales como el Salamanca CF UDS B, el Navega y el filial del Zamora CF. En palabras del director deportivo, Víctor Hidalgo, “se trata de probar el equipo ante plantillas jóvenes, rápidas y técnicas que nos permitan detectar nuestras carencias antes de que sea demasiado tarde”.
Con estos choques, el cuerpo técnico podrá ajustar su sistema sin la presión de los puntos en juego, pero con la intensidad que sólo equipos bien trabajados pueden ofrecer. Además, servirán para observar en acción a los nuevos fichajes y a los canteranos que pelean por hacerse un sitio.
Ambiciones realistas pero exigentes
Desde el entorno del club se insiste en que más allá de nombres y fichajes, lo que se busca es cohesión. La plantilla de la temporada pasada alternó rachas positivas con resultados decepcionantes, algo que muchos vinculan a la falta de regularidad en las alineaciones y la escasa profundidad del banquillo. Este año, con una plantilla más larga y polivalente, eso podría cambiar.
No es un secreto que la Tercera RFEF sigue figurando entre los objetivos a medio plazo. Sin embargo, nadie en el Béjar Industrial quiere caer en la trampa de las urgencias. “Vamos a competir, como siempre, pero sin perder el equilibrio. Lo que queremos es sentar las bases de un proyecto estable”, apuntaba Hidalgo en declaraciones brindadas a Radio Béjar.
Los socios, por su parte, observan con cautela. Tras algunos años de promesas incumplidas, el escepticismo es comprensible. No obstante, los números hablan: hasta el momento, y con la campaña de abonos aún en marcha, ya se han renovado más de 350 carnets, una cifra que invita al optimismo si se compara con las 290 renovaciones del mismo periodo el año pasado.
Infraestructuras: ese eterno pendiente
Mientras el equipo se rearma en lo deportivo, hay otro capítulo que no se puede descuidar: las infraestructuras. El campo municipal “Mario Emilio” continúa siendo un entorno modesto y, en algunos aspectos, deficitario. Iluminación, vestuarios y graderíos figuran entre las prioridades señaladas por la afición en una encuesta interna realizada por el club.
Desde el Ayuntamiento, el concejal de Deportes, Manuel Gutiérrez, ha asegurado que “existen partidas previstas para mejoras menores durante este año”, aunque las intervenciones más profundas quedan supeditadas a la recepción de subvenciones autonómicas aún por aprobar. Mientras tanto, el equipo trabajará con lo que tiene, confiando en que el trabajo dentro del campo sirva también para atraer recursos fuera de él.
Un Béjar que quiere creer de nuevo
En definitiva, el Béjar Industrial encara la nueva temporada con una hoja de ruta clara: reforzarse sin perder identidad, apostar por la cantera sin renunciar a la competitividad, y devolver la ilusión a una afición que históricamente ha sido uno de los activos más sólidos del club.
¿Serán suficientes estos movimientos para consolidar el equipo en la zona alta de la tabla? La respuesta, como siempre, la dará el balón. Pero a diferencia de otros cursos, esta vez la sensación es que la planificación no comenzará con improvisaciones. Y solo eso, ya es noticia.